Ya se autodenominan la generación "myspace": la tecnología les proporciona el poder y la libertad de distribuir y dar a conocer su obra sin que suponga un gran desembolso para el artista. Destacan Willy Naves, solista pop asturiano, que permite descargar desde su propia página su primer EP; el grupo catalán Febrero, que cuando llega el segundo mes del año ponen a la venta un trabajo cuyo precio lo elige el comprador; o, por último, Miss Caffeina, grupo "indie" que ha creado una auténtica red social para comunicarse con sus fans. Y, como no podía ser de otra forma, también se puede descargar sus trabajos.
Estos artistas, a diferencia de otros, sí saben adaptarse a la tecnología y aprovechar las posibilidades que ésta les brinda. A pesar de no tener publicidad, ni aparecer en las listas de éxitos de las radiofórmulas, tienen un público fiel y abundante en sus conciertos.
Llegado el momento en el que los artistas tienen el poder de hacer lo que quieren con su creación, dudo mucho que el principal problema de los sellos dicográficos, que se han aprovechado durante estos años de ser la única opción de acceder a la música que nos gusta, sea la piratería.